La gente de 40 años que está manteniendo su peso ideal y confiando en su cuerpo ¿cómo lo hace?
No tiene nada que ver con contar calorías, restricciones o fuerza de voluntad.
Lo primero que debemos saber es que el cuerpo humano es un organismo vivo que siempre buscará regenerarse a sí mismo.
En definitiva, es un sistema inteligente que debemos entender cómo funciona y aprender a escucharlo.
Y justamente a eso me he dedicado los últimos 20 años:
A ayudar a hombres y mujeres mayores de 40 a recuperar su confianza a través de la nutrición.
Si estás pensando “Yo no sirvo para hacer dietas”, menos aún cuando has probado varias sin ver resultados
O “no tengo fuerza de voluntad, jamás podré dejar el azúcar”, créeme que no eres la única(o) que lo ha pensado…
Porque durante décadas nos han hecho creer que solamente mediante medicamentos es posible, ignorando lo sabio que puede ser nuestro cuerpo.
El problema es que este enfoque se fija sólo en el malestar como un hecho aislado aparte del complejo sistema autónomo que es el cuerpo humano.
Ya ha quedado demostrado que no podemos mirar sólo la dolencia, sino revisar los diferentes aspectos que convergen en un estado de estrés, un colon irritable o una libido baja.
Estas como diversas situaciones no se solucionan con una pastilla o dos ¡para nada! sino que normalmente se tratan de forma integral, por ejemplo, revisando lo siguiente:
Las horas de sueño, lo rápido que comemos, la cantidad de horas frente a pantallas al día y muchas otras cosas.
Cuando una persona va al médico y le encuentran prediabetes, lo primero que le recomiendan es:
Estas recomendaciones si bien son verdaderas, carecen de efectividad por ser solo pasivas y altamente impactantes para un cuerpo que se vio obligado a crear su propio ADN que prefiere el azúcar.
¿Quéeeee?
Suena fácil decirle a otro que deje el azúcar, entendiendo que esto muchas veces tiene un trasfondo emocional y, como tal, requiere un paso a paso, un día a día, una preparación.
Algo gradual.
Es una conversación con la mente, con el cuerpo, con el darse cuenta de cómo reacciona mi cuerpo a diferentes alimentos.
Entonces recién ahí podremos ir quitando el azúcar de nuestras vidas, aunque sea por un periodo de prueba, pero es algo sistemático; el cuerpo, si bien es una máquina, no es artificial, sino orgánica y, como tal, tiene sus tiempos y ciclos.
No nos olvidemos que el cuerpo es un sistema con vida propia, casi independiente, pero no se pueden separar cuerpo, mente y alma (energía).
Es importante señalar que en esto no hay nada automático, sino un trabajo personal, la intención real de conocerte y aprender a escuchar tu cuerpo para saber lo que necesita y, de acuerdo a eso, crear hábitos que te ayuden a reafirmar la confianza que perdemos con los años.
Lo que nunca verás en mi acompañamiento es enseñarte a contar calorías para lograrlo. En su lugar, busco algo que perdure con los años, algo que tú misma(o) puedas llevar a cabo cuando quieras.
Y si te estás preguntando por qué estoy tan segura de todo esto, te diré que no solo he ayudado a otras personas…
El heredar las toxinas de mi madre, provocó que me sintiera pésimo durante gran parte de mi juventud y, aunque lo pasé bastante mal, agradezco haberlo aprendido.
Una de las formas más efectivas de lograr cambios en el cuerpo humano.